"VIOLENCIA DE GÉNERO"
Un fenómeno creciente de los últimos tiempos.
Argentina es el quinto país en ranking mundial de femicidios, muere una mujer cada 30 horas, se contabilizan más de 50 ataques sexuales por día, en el 2015 hubo 3746 violaciones, los expertos dicen que 7 de cada 10 mujeres son asesinadas por su círculo íntimo.
Aquí se realizaron dos convocatorias multitudinarias bajo la consigna: "Ni una menos" en Junio del 2015 y en Junio del 2016.
Las mujeres son víctimas de hostigamiento, aislamiento, manipulación, golpes, maltratos psicológicos y físicos, restricciones al libre movimiento, impedimento para disponer de sus bienes, obligación de mantener relaciones sexuales contra su voluntad, acoso laboral, sexual, amenazas verbales, etc.
Lo curioso es que el hombre solo ejerce este tipo de violentación contra la mujer, no lo hace contra un conocido, un amigo o su jefe, generalmente son hombres muy cobardes para enfrentarse con un par, su "machismo" solo se echa de ver con las mujeres. (y de puertas adentro)
Luego generalmente se arrepiente del hecho, pide perdón, llora y promete que nunca volverá a suceder, las mujeres terminan aceptando y haciéndose adictas a ese momento.
Y lo más grave es, que muchas mujeres naturalizan estos tipos de violencia, ("el no es malo"..."Sucede que yo lo saco"..."me prometió que va a cambiar")
Escuchamos tantas veces los mismos argumentos en las consultas pastorales.
Las causas han sido estudiadas por sociólogos, psicólogos, y expertos en familia, algunos me pedían que abordara esta problemática a la luz de las Escrituras.
Cuando Dios creó la primera pareja humana, por causa de la desobediencia y por ser Eva quién cede a la tentación y luego convence a su marido, la mujer queda bajo "autoridad" de su esposo:
"Porque no permito a la mujer...ejercer dominio sobre el hombre...Porque Adán fue formado primero, después Eva, y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión" (1 Timoteo 2:12-14)
"Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza de Cristo" (1 Corintios 11:3)
Ser la "cabeza" no significa ser quien manda, quien ordena, tampoco significa un lugar de superioridad, por el contrario se entiende como un rol de responsabilidad, de ser quien protege, quien provee, quien defiende, por esa misma razón cuando Dios considera que no era bueno que el hombre estuviera solo, y crea a la mujer, pone en sueño al hombre y toma una de sus costillas para crearla, de su costado, cerca de su corazón, de "su lado", para ser su ayuda idónea, para ser su complemento; no tomó un hueso de su cráneo, como para que la mujer gobernara la familia, ni tampoco tomó un hueso de sus pies, como para estar sometida al hombre.
La mujer es creada por Dios para ser "compañera", ni arriba, ni abajo del hombre, al lado.
Una de los motivos preponderante en la violencia hacia las mujeres, es el convencimiento del hombre de su superioridad y primacía sobre la mujer, por siglos fuimos formados en un contexto cultural patriarcal, que se da en la mayoría de nuestras sociedades.
Las últimas décadas se caracterizaron por generar toda una "revolución" en la igualdad de los sexos, la mujer comenzó a protagonizar un nuevo papel en las sociedades democráticas, se independizó laboral y económicamente, los anticonceptivos le otorgaron una liberación sexual, casi sin precedentes, no solo la mujer se pone en un pie de igualdad con el hombre, sino que llega a competir, maneja sus propias finanzas, los puestos laborales y sociales, puede optar por tener hijos prescindiendo de un marido y hasta de un hombre como su pareja, rompió con sus inhibiciones, y con siglos de sometimiento machista, (Solo basta prestar atención al lenguaje de las mujeres hoy con sus pares)
Muchos hombres hoy, no pueden aceptar o admitir este fenómeno, lo que genera ese tipo de violencia en particular, la "reacción del macho", las demandas, los celos, el dominio.
Tenemos todavía generaciones en transición, que fueron criados en familias patriarcales y no terminan de adaptarse a estos cambios, que en general fueron radicales y tempestivos.
Por cierto que ambas posiciones están equivocadas y han sido extremas, por causa del pecado y la pérdida de valores y principios Divinos, el machismo y el feminismo.
En el machismo, la mujer perdió su lugar como persona, muchas veces siendo solo un objeto, sojuzgada y humillada, (como algunas de nuestras abuelas y madres), no podían salir de sus casas, no tenían opinión ni voz, no manejaban el dinero familiar, ni pensar en estudiar o trabajar, debían satisfacer a sus maridos a expensas de si mismas, algunas eran sometidas a todo tipo de maltrato, y era hasta "aceptable" a los ojos de la cultura social, esto sucedió por siglos.
En el llamado feminismo, la mujer se independiza al extremo, al grado de perder su femineidad, (hoy toma la iniciativa en la sexualidad) pierde de ser cortejada y conquistada (ellas conquistan hoy) arrasan con el romanticismo, pierde de ser cuidada y protegida por el hombre, muchas en vez de ser las compañeras del hombre, son sus competidoras, algunas gobiernan sus familias y a los hombres que tienen al lado, hasta en algunas Iglesias las mujeres tomaron su gobierno, se pierden a sus hijos, (la crianza), su lugar como madres, ya no tiene valor ninguno, a los ojos de la sociedades modernas, ser ama de casa, madre o esposa.
Hoy tenemos mujeres soldados, bomberos, policías, políticas, camioneras, constructoras, fontaneras, taxistas, etc.
Creo que hombres y mujeres, ambos perdimos, y seguiremos perdiendo, ¿la causa?: habernos salido del diseño o modelo del Creador.
Más nos apartemos de ese modelo, más graves serán las consecuencias, no habrá retorno, esto será una problemática global.
Entre los cristianos es raro encontrar violencia física de los maridos hacia sus mujeres, pero si se da un tipo de violencia tanto o más destructiva, que es la violencia psicológica o emocional, que para peor se ejerce en nombre de la fe, igual que en algunas culturas orientales, la mujer "debe someterse"..."debe obedecer" ...(y hasta usan textos bíblicos)
Para el cristiano, ni una tendencia ni la otra, el equilibrio en la relación entre los géneros, la mujer reconociendo al hombre como cabeza de la familia y el hombre tratando a la mujer como "vaso más frágil" dándole honor, dice la Biblia. (1 Pedro 3:7)
Si ambos nos ajustamos al modelo de Dios ninguno necesita competir o desplazar al otro, nos complementamos en forma armoniosa.
Fuente: Pastor Sergio Gebel