martes, 18 de octubre de 2016

ACERCA DE LOS QUE TE ABORRECEN



"ACERCA DE LOS QUE TE ABORRECEN"

Como Cristianos sabemos acerca de amar aún a nuestros enemigos, sabemos también que los rencores y resentimientos solo nos perjudican a nosotros mismos, muchas de las veces, el objeto de esos resentimientos, vive feliz y ni siquiera se da por enterado de nuestros sentimientos.
El corazón no perdonador y que guarda amarguras, terminará impactando en tus emociones, en tu salud física, y en tu vida espiritual, la mejor medicina comienza por el corazón:

"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de el mana la vida" (Proverbios 4:23)

¿Como se puede guardar, o proteger el corazón? preservándolo de aquellos sentimientos negativos que lo dañan, perdonando a quienes nos ofenden, perdonándonos a nosotros mismos, y perdonando a Dios (aunque suene soberbio) y pidiendo perdón cuando ofendemos.
Ahora bien: ¿Que... cuando somos envidiados, odiados o aborrecidos gratuitamente?
Tantísimos ejemplos fueron grabados en la revelación de las Escrituras, el odio fundado y el odio porque si.
Uno de los más destacados en la historia bíblica, el del rey Saúl por quien fuera su más abnegado soldado, David, una vida dedicada a perseguirle, a costa de sus obligaciones como Rey, movilizando todas sus energías y recursos, que se resume magistralmente en la confrontación entre ambos, cuando David le dice:

 "¿Tras quien ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga? Jehová pues, será juez, y el juzgará entre tu y yo, El vea y sustente mi causa, y me defienda de tu mano" (1 Samuel 24:14-15)

La gratuidad de este aborrecimiento se hecha de ver en la reacción de Saúl:

"...Y alzó Saúl su voz y lloró, y dijo a David: Más justo eres tú que yo, me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal" (1 Samuel 24:16-17)

Así podríamos recordar a Caín y Abel, aquellos primeros hermanos (odio, convertido en el primer asesinato de la humanidad) y luego la familia de Jacob, aquellos once hermanos aborreciendo a José, porque envidiaban su espiritualidad, tramaron matarle, le vendieron luego como esclavo, odio, intrigas, traiciones, mintieron a la familia sobre su suerte.
La envidia no es como pensamos solo por los bienes, o por el éxito, se envidia la familia, el testimonio, la espiritualidad, la relación con Dios, la inteligencia, la integridad y hasta se envidia la honestidad (por aquellos que nunca pudieron ser honestos)
Daniel en Babilonia, perseguido y acusado sin causa, por comportarse prudentemente, por guardar una conducta, y así  la lista seguiría.
Cuando la cosa es gratuita o como suelo decir: "por deporte", no hay mucho que podamos hacer de nuestra parte, solo tratar de protegernos, no puedes poner tu cabeza bajo del hacha, solo que seas masoquista, tratarás de preservarte, el instinto de conservación es propio a todas las criaturas vivas, le hizo a David escapar del palacio y esconderse en las montañas.
Aquí no puedes aplicar el mandamiento de "darle de comer o de beber a tu enemigo", aquí se aplica el siguiente pasaje:

"Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres" (Romanos 12:18)

En cuanto dependa de mi, procuro estar en paz con todo el mundo, somos "hijos de paz", los "pacificadores" serán llamados hijos de Dios (Mateo 5:9), cuando no depende de mi, no debe preocuparme ni quitarme el sueño, Dios conoce nuestros corazones, siempre habrá aborrecimiento gratuito.
Tampoco te atormentes preguntándote: ¿Por que?  ¿que hice?¿Cual es el motivo?; el día que le hagas estas mismas preguntas a Dios, cuando llegues a cielo, El te responderá con un : "Porque si, hijo".
Más aún, ayudarás, harás misericordia, te mostrarás amigo, te preocuparas por el otro, mostraras todo interés y de todas formas te aborrecerán, ¿no le sucedió a David con sus propios hermanos? el se preocupaba por ellos y estaba asistiéndoles, les llevaba  provisiones de parte de su padre Isaí (1 Samuel 17:17-18) cuando ellos le respondieron:

"Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para que has descendido acá? ¿Y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido" (1 Samuel 17:28)

Su soberbia y malicia era llevarles pan, granos tostados y quesos en obediencia a su padre.
Por último, recuerda siempre, que si esto te sucede, delante de Dios entras en la categoría de los "bienaventurados":

"Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de si, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo..." (Lucas 6:22)

Fuente: Pastor  Sergio Gebel

¿Estás listo para irte al cielo?

             ¿Estás listo para irte al cielo?

Una enfermedad  crónica o terminal induce a que la persona piense en el final de su vida, pensar que la muerte está a pasos de distancia ocasiona un sufrimiento muy grande. Sin embargo, no es necesario padecer una enfermedad para pensar en el fin, el tiempo de irse ha llegado a muchos jóvenes y niños cuando se encontraban en el estado más enérgico y saludable de sus vidas.
Por tanto, ya sea que nos encontremos saludables o con una terrible enfermedad tenemos que estar preparados para ir al lado de Dios ¿Estás listo?
También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios. Lucas 12:16-21
Este hombre estaba viviendo un tiempo de prosperidad y aún tenía planificado mayor abundancia para el futuro, lamentablemente en su vida sólo se ocupó de hacer riquezas y se olvidó de Dios, perdió lo más importante: salvar su alma.
Si estás enfermo no te tortures pensando en el final del camino porque todos pasaremos por eso,  no te preocupes solamente por sanar tu cuerpo sino por salvar tu alma. Si pides a Dios que te sane es posible que recibas una respuesta afirmativa, sin embargo, también es posible que tu tiempo haya llegado y lo importante será que estés preparado para irte con Él.
El tiempo de partir puede llegar en cualquier momento, seas anciano, joven o niño, estés enfermo o sano, aunque te encuentres en prosperidad y abundancia, nada impedirá que te vayas si ha llegado el tiempo; por tanto, actúa con sabiduría y realiza tus planes de la mano de Dios, seguro de irte al cielo si en este momento concluyera tu vida en este mundo.

Dejando atras lo que era antes

            Dejando atras lo que era antes


“No os acordéis de las cosas pasadas… he aquí que yo hago cosa nueva…” Isaías 43:18-19.
Sería tan bueno poder viajar al pasado y corregir todos nuestros errores, ¿verdad? Pero lamentablemente no se puede. Una gran realidad es que ninguno de nosotros es perfecto. Todos hemos cometidos errores y definitivamente hemos experimentado en carne propia lo que es el dolor de tomar decisiones equivocadas.
Un gran error  es que muchos de nosotros aún no podemos dejar el pasado, pensamos que hemos sido demasiado malos y pecadores por lo que no creemos que Dios nos haya perdonado del todo. Vivimos atormentados, pensativos y sin esperanza sobre nuestro futuro. ¿Te sientes así?
Creo que todos tenemos un pasado horrible y  muchas veces hasta vergonzoso, pero la Biblia dice que antes andábamos conforme a las corrientes de este mundo, pero ahora somos libres por Jesús, quién pago la deuda de nuestro pecado y nos ha hecho nuevas criaturas.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” 2 Corintios 5:17
“Si confesamos nuestros pecados él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9
No importa el pecado que hayas cometido, la fidelidad de Dios permanece, aun cuando nosotros seamos infieles. Él nunca cambia. El Señor siempre es el mismo en Amor, en Poder, en Majestad y en Autoridad. Él es estable, fiel a cada instante por los siglos de los siglos.
No te desvalorices ni te juzgues a ti mismo. Al igual que tú y yo, hay muchos que tuvieron un pasado oscuro pero que pudieron salir adelante y fueron muy usados por Dios.
Por ejemplo Moisés, quién después de matar a un egipcio tuvo que irse al desierto y pasar años de proceso de Dios en su vida para poder ser usado para liberar al pueblo de Israel, y después de ser un hombre impulsivo llegó a ser el hombre más manso sobre la faz de la Tierra (Números 12:3).
Un David que después de ser un adúltero y asesino, también tuvo que pasar por el proceso de Dios en su vida y olvidar su pasado para luego llegar a ser un hombre conforme al corazón de Dios (Hechos 13:22).
Una Rahab, quien era una prostituta y que después se convertiría en aquella que salvó la vida de los espías que Josué había enviado a reconocer a Jericó, la tierra que iban a poseer. (Josué 6:22-25).
Una Ruth moabita que creció adorando a ídolos, pero que luego se convertiría en una servidora del único Dios verdadero, hasta llegó a ser parte del linaje del Rey David y de nuestro Señor Jesús.
Un Pablo, anteriormente llamado Saulo de Tarso, que perseguía a los cristianos para matarlos y después de tener un encuentro genuino con Jesús su vida no volvió a ser la misma, a tal punto de que hoy en día podemos leer algunas de las cartas que escribió y que hoy se encuentran en las Sagradas Escrituras. (Efesios 4:1).
Ahora bien, si el Señor puede hacer todas estas transformaciones con personas de dudoso pasado, Él también puede darte a ti un nuevo comienzo.
No sigas luchando con tu pasado, Dios ya te perdonó y te hizo libre, es hora de creer y usar nuestro pasado para testificar de Dios.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8: 28


Fuente:  Diego Jora CVCLAVOZ

Con un proposito

                        Con un proposito


Todos solemos pasar situaciones trágicas en las diferentes etapas de nuestra vida. Muchas de ellas no tienen explicaciones inmediatas ni posteriores; sin embargo, llega un tiempo donde todo tiene sentido.
Dice en Romanos 9:10-12 NTV  “Ese hijo fue nuestro antepasado Isaac.  Cuando se casó con Rebeca, ella dio a luz mellizos. Sin embargo, antes de que nacieran, antes de que pudieran hacer algo bueno o malo, ella recibió un mensaje de Dios. (Este mensaje demuestra que Dios elige a la gente según sus propósitos; él llama a las personas, pero no según las buenas o malas acciones que hayan hecho). Se le dijo: «Tu hijo mayor servirá a tu hijo menor»”
¡Nacemos con un propósito! Nada es casualidad en esta vida, ni nadie está descartado por tener una vida complicada o en quietud.
La pérdida de un ser querido, el abandono de tu conyugue, el desamor de los padres o hijos, el desempleo, los problemas emocionales, la crisis de nuestro país, etc., todo se puede superar con la ayuda de Dios, el detalle es que nuestra confianza esté en la voluntad de Dios, en sus propósitos eternos, más que en los temporales.
Hoy podemos estar llorando en desesperación pero mañana sabremos que ese dolor nos permitió ser más fuertes, sabios, emprendedores o que nuestra experiencia puede ayudar a otras personas a superar las circunstancias similares que vivimos nosotros, o porque necesitamos pasar por esto para cambiar algún aspecto malo de nosotros.
Jesús tuvo una muerte trágica para salvarnos de la paga del pecado, así como Pablo sufrió persecución para que el evangelio sea esparcido por toda la tierra. El sufrimiento de ellos y muchos más trajo al mundo entero la esperanza de vida en Dios.
Te animo a que averigües el propósito de Dios para tu vida y en la circunstancia que estás pasando, y ten presente que Dios te dice: “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11


Fuente: Soraida Fuentes  CVCLAVOZ