"HABLANDO DE CREDENCIALES"
Estos días llegaba alguien a nuestra congregación y me presentaba sus credenciales como pastor, y su carta de recomendación, algo muy difícil de comprobar su legitimidad, (muchos delincuentes de la fe, coleccionan ese tipo de credenciales)
Cierta oportunidad se presentó uno de ellos, con varios de estos documentos, que le acreditaban como "Pastor y evangelista internacional", "Misionero a las naciones", "maestro en teología", y otros, que ahora no recuerdo, solo le hice una pregunta: ¿Donde está su congregación, cual es la Iglesia que pastorea? ...me respondió, muy serio: no tengo Iglesia; discúlpeme le dije: ¿como puede ser pastor, misionero y maestro, sin un rebaño?...
Pensaba luego, sobre las credenciales contemporáneas.
Una credencial básicamente es un documento que acredita, pero también sería todo aquello que acredita lo que somos, o decimos ser.
Pablo respecto a esto decía: que debemos ser "cartas leídas" por todos los hombres (2 Corintios 3:2)
Estas "cartas" no pueden imprimirse, ni plastificarse, tampoco se pueden colgar de una pared, no se consiguen en las universidades o seminarios, y solo llevan la firma y el sello, del creador.
En estos tiempos, donde los "metros" sociales, miden la aceptación por el éxito, la posición económica, la cultura, o el poder, no es raro que también se utilice este patrón de medida, en la Iglesia.
La proliferación del uso de títulos y "doctorados" habla de esto, me recuerda a la política, donde la mayoría de los candidatos, son extrañamente, "doctores", todos lo sean o no, se presentan como "el doctor".
Descubríamos por estas tierras, después de varios años, un militante, al que todos le llamaban "ingeniero", "señor ingeniero", que en realidad nunca obtuvo ese título, ni siquiera había estudiado ingeniería; "doctores", "apóstoles", "profetas", "patriarcas", "reverendos", "licenciados", "profesores", etc. (algo parecido)
Utilizar un título como credencial en la obra de Dios es algo muy pobre y sin valor alguno, también utilizar el "curriculum vitae", es muy pobre, (pobreza espiritual) mostrar el historial, los logros, la exhibición de diplomas y medallas conseguidas, revela en verdad, la poca espiritualidad y un ego necesitado de aplausos.
Cuando escuchamos: "Yo" era pastor de Iglesias multitudinarias en mi país, "yo" predique para miles y miles, "yo" estaba en la obra misionera, "yo" convocaba multitudes, "yo", "yo", "yo"...suelo preguntarles, cuando aparecen presentando este tipo de antecedentes ¿Que le sucedió ahora?...
Es igual que aquellos que dicen: "Yo era muy usado de Dios", "entregaba mensajes", "tenía dones", "Dios hacía maravillas por mi mano" ¿Que sucedió?... porque el asunto es permanecer, perseverar, correr la carrera hasta la meta, la "historia", no es una credencial válida si solo se trata del pasado.
Otras credenciales que se suelen presentar, son las multitudes que se convocan o que le siguen, la media docena de carros de alta gama, el auditorio o el mega templo, el éxito y popularidad que han alcanzado, si convoca, si están en los medios, si lo requieren los periodistas, si se codea con los poderosos, en resumen, si su estrella todavía brilla.
¿No sé si todos sabían, que también a Jesús le pidieron sus credenciales?
"...le envió dos de sus discípulos para preguntarle: ¿Eres tu aquel que había de venir, o esperaremos a otro?"
En otras palabras ¿quien eres? ...¿eres el que dice ser?
"Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio" (San Mateo 11:2-5)
No exhibió su curriculum, su genealogía, no mencionó su historial, ni mostró las multitudes en su derredor, no dijo "soy el Mesías", "el Hijo de Dios", dijo anuncien (no el, los otros) lo que VEN Y OYEN, los testimonios, las obras de Dios que ocurren en mi.
Esta es la única "credencial" válida en el reino de Dios, cuando los cánceres y tumores malignos desaparecen, cuando los demonios salen, cuando las vidas son transformadas por el poder de Dios, cuando un alcohólico, un adicto a las drogas es libre, cuando las depresiones, el pánico, las psicosis, los tormentos desaparecen.
Cuando los matrimonios son restaurados, los delincuentes se convierten, los enfermos se sanan.
Lo que se levanta en propaganda o estrategia humana no permanece, y sino permanece, no importa lo grande, popular y exitoso que sea, NO ES DE DIOS.
Y lo afirmo con toda certeza, porque la Biblia lo afirma:
"Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, SE DESVANECERÁ; más si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios" (Hechos 5:38-39)
Lo de Dios permanece, no puede ser destruido, porque no es levantado y establecido por el hombre, es de Dios.
Fuente: Pastor Sergio Gebel