miércoles, 23 de noviembre de 2016

La Escuela del Maestro


La Escuela del Maestro

Cuentan que a un pastor convaleciente de una grave enfermedad, uno de los miembros de su congregación le hizo la siguiente observación: “Señor, aunque Dios lo acabe de sacar de las puertas de la muerte, nos tememos que necesitará usted bastante tiempo antes de poder recuperar su vigor usual y tener la mente lo bastante clara para poder predicar como antes”.
El hombre de Dios le respondió: “Está usted equivocado, mi amigo, en estas seis semanas de enfermedad he aprendido más de Dios, que por mis estudios y todos mis años de ministerio, y espero predicar ahora con su ayuda, no lo que he leído en libros, sino lo que Él me ha enseñado en su Escuela Particular”
Todos pasamos por la escuela de Dios, con algunas materias más difíciles que otras en determinados momentos, y es nuestro deber pasar la prueba que nos da, lo que solamente se puede lograr aprendiendo la lección cuando lo conocemos de forma personal y vivencial.
No sé qué es lo que Dios quiere enseñarte,  quizás estés en la misma situación de este pastor y estés enfrentando una enfermedad, o posiblemente tengas deudas o falta de empleo, quizás eres víctima de una injusticia o la soledad te está atormentando, posiblemente te equivocaste y sientes que le fallaste a Dios. No importa cuál sea tu situación, Dios quiere manifestarse en tu vida y enseñarte que Él es Jehová-Jireh (Proveedor), Jehová–Rafa (El Señor que Sana), Jehová-Nissi (Nuestro estandarte),  Jehová–Tsidkenu (Nuestra justicia), Jehová–M’kaddesh (El que Santifica), Jehová–Shalom (El Señor es nuestra paz) y podríamos seguir con los nombres de Dios porque Él es todo lo que necesitamos.
Nuestro Padre  puede suplir cada necesidad que tenemos pero no tendría sentido que Él nos diera todo como si se tratara de un genio cumpliendo deseos. Lo que Dios busca es que lo conozcamos personalmente y muchas veces para esto tenemos que pasar por valles de sombras, por tiempos duros que incluso llegan a carecer de sentido para nosotros. Pero es justamente ahí, cuando somos vulnerables, que Dios puede trabajar en nosotros y manifestarse en nuestras vidas con su poder.
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías 33:3 (RVR1960)
No sé cuál es  la lección por la que estás pasando ni el tiempo que llevas ahí pero Dios no se ha alejado de ti ni un minuto y tiene aquello que necesitas. Confía en Él y búscalo porque este tiempo es para eso, para que lo conozcas más.
Dios es el mejor Maestro y a lo largo de nuestras vidas pasamos por una escuela particular en la que va perfeccionándonos y, al mismo tiempo, nos permite  conocerlo de forma más  personal.

Fuente:  Ana María Frege Issa CVCLAVOZ

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