miércoles, 16 de noviembre de 2016

Una sencilla oración



Una sencilla oración

Cuentan que un joven creyente, abogado de profesión, solía pasar los domingos en casa de su madre y hermana, que  vivían un poco alejadas de la ciudad. Su padre  había muerto hacía unos años, así que él se encargaba  de dirigir el culto familiar.
Cierta noche, después de la oración, la madre le reprochó: No me gustan estas oraciones tan cortas que tú haces. Y mucho menos, después de que he leído en los periódicos que el otro día estuviste  dos horas hablando ante el tribunal”
      - Tienes razón, mamá – contestó el joven- pero tú olvidas que el Señor no es tan duro de cabeza ni de corazón como los jueces. Él entiende perfectamente lo que quiero decirle, y no tengo necesidad de convencerle repitiendo una y otra vez la misma cosa.
Sin duda alguna no se trata de lo extensa que se a tu oración o de lo rebuscadas que sean tus palabras, a Dios le interesa un corazón sincero y que crea en que Él escucha y tiene el poder para realizar el milagro que necesitamos o para conceder el anhelo de nuestro corazón.
Hay muchas personas que olvidan la relación que son hijos de Dios y siguen temiendo hablar con Él porque no saben cómo dirigirse ni qué será más adecuado decir, olvidando lo que dice Hebreos 4:16: Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos. (NTV)
Nuestro Dios es un Padre amoroso y misericordioso, no está esperando escuchar la mejor oración, la más adornada, extensa ni correcta estructuralmente para responder, sino que se fija en nuestro corazón y la fe que tenemos.
No necesitamos convencer a Dios de nada, solamente quiere que confiadamente le hagamos llegar nuestras peticiones,  reconociendo su poder, su bondad y amor.
Olvídate de la idea de que Dios está tomando nota  y criticando tu oración, por el contrario, acércate confiadamente, preséntale tus peticiones de la forma más honesta que encuentres, háblale como a Aquel que  te ama tanto que fue capaz de dar a su Único hijo por ti.
  
Fuente: Ana María Frege Issa CVCLAVOZ

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