SOBRE HIJOS Y PADRES

"SOBRE HIJOS Y PADRES"

La sociedad ha evolucionado para bien o para mal, los derechos humanos, los derechos de la infancia, las democracias modernas, las teorías de la psicología y pedagogía, han impactado en la familia, sumado a la pérdidas de los valores, la crianza de los hijos se convirtió en todo un desafío de estos tiempos.
Los padres se volvieron permisivos, se perdió la autoridad paterna, los límites cada vez son más difusos, o no existen, aún el liderazgo cristiano ya no es ejemplo en esta área.
El pueblo de la Biblia debe de optar por aceptar los nuevos métodos pedagogos, o volver a los métodos de Dios.
Si aceptamos el señorío del Creador, debiéramos aceptar sus enseñanzas con respecto a la crianza de nuestros hijos, finalmente el, es el diseñador de la familia.
Dios establece límites para el hombre, y nos exige poner límites, disciplina y corrección, para nuestros hijos:

"Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor"  (Efesios 6:4)

Esto debe comenzar desde muy temprano, los límites, la disciplina, las responsabilidades, el respeto, la honestidad; el árbol puede ser guiado en su crecimiento y aún enderezado, poniendo a la par una guía, mientras es joven y tierno, cuando creció y su tronco es robusto, ya no se puede cambiar, sin riesgos de quebrarse.
Por lo mismo la Palabra dice:

"Instruye al niño en su temprana edad (en su camino) y aún cuando fuere viejo no se apartará de el"  (Proverbios 22:6)

A veces los padres permisivos, desde que sus hijos eran pequeños, no les enseñaron a respetar a sus mayores, a ser ordenados, a cooperar en las tareas de la casa, a ser educados, luego cuando se convierten en adolescentes y no asumen ningún tipo de responsabilidades, o son mal educados, allí se pretende cambiarlos, y así comienzan los conflictos, lo que es gracioso a los cuatro o cinco años, ya no lo será a los doce o trece, la simpatía del niño mal hablado o caprichoso, con sus tres añitos, es un motivo de desprecio cuando se convierte en adolescente.
Un berrinche puede ser gracioso a los tres años, algo molesto a los siete, e insoportable a los catorce, igual es con las malas palabras, las groserías, a los tres o cuatro años, todos se ríen, a los siete u ocho es un maleducado, y a los catorce o quince es insufrible.

El éxito de los padres es preparar a sus hijos para enfrentar la vida, en un mundo que será mucho más complejo que el nuestro, darles defensas, elementos y herramientas, para asumir responsabilidades por si mismos.
Aquellos padres, que creen ser buenos padres por permisivos, por darles todo tipo de libertades a sus hijos, por darles todo lo que quieren, sin obligaciones, le están produciendo un gran daño, la cultura del esfuerzo, les capacita para su futuro; cuantos jóvenes de 20 o 30 años, que todavía dependen de los padres, que no estudian, no trabajan, duermen hasta el mediodía, desayunan en la cama, salen de diversión, pasean, mantienen relaciones amorosas, y los padres le proveen lo que necesitan, a veces los padres son lideres cristianos, y esos hijos ni siquiera son creyentes. (estos no son buenos padres)
Se olvidan que uno de los requisitos fundamentales para ser un obrero dentro de la Iglesia, es saber gobernar su casa (su familia) y tener a sus hijos creyentes y en sujeción (1 Timoteo 3:4...Tito 1:6)

"Pues el que no sabe gobernar su propia casa (su familia), ¿Como cuidará de la Iglesia de Dios?" (1 Timoteo 3:5)

Un niño bien criado es respetuoso, sabe que en la casa hay límites, que también hay responsabilidades (que comienzan desde muy pequeño) secar el baño, acomodar la habitación, juntar su ropa, acomodar sus juguetes, sentarse a la mesa, respetar a los mayores, en la Iglesia, en la escuela, cuando va de visita, pedir permiso, usar "el por favor" dar "gracias", el "buen día" o "buenas tardes", esto redundará en un jovencito/a que todos amaran, que será bienvenido donde vaya.
Cuando conoce lo que significa esfuerzos y trabajo,  colaborará con su casa cuando trabaje, con los gastos, aprenderá a administrarse, a trabajar, a cuidar lo que se tiene (que no todo viene de arriba) y hará orgullosos a sus padres.
Muchas de las veces no es culpa de los hijos, sino de los padres, cuando esos muchachos pasan el día entero no haciendo nada, o haciendo esquina, bebiendo, fumando o drogándose, detrás hay padres ausentes o que no supieron como hacer.
Todas las vacunas contra las enfermedades son virus o bacterias de las mismas enfermedades, esto produce en el organismo anticuerpos que defienden el cuerpo, aún los antídotos contra venenos mortales, están echos con el mismo veneno
El éxito como padres es crear en nuestros hijos esas defensas, esos anticuerpos para enfrentar la vida, formar hombres y mujeres responsables, gente de bien, honestos, respetuosos, no darles todo, no decir siempre que si, Dios mismo utiliza el "No", los padres deben familiarizar a sus hijos con esta palabra, no es un buen padre o una buena madre la que siempre dice a todo que si.
Hay toda una generación que se ha criado con muchos recursos, que otras generaciones no hemos tenido, nosotros conocimos el "no se puede"...el "ahora no"...el "imposible"...hoy  el "No" es una palabra hasta desconocida para muchos hijos.
No le des todo, no le permitas todo, no digas a todo que si.
Pon los límites, se enojaran, llegaran a odiarte tal vez, se resistirán, tratarán de quebrarlos una y otra vez, pero cuando esos tus hijos, sean mayores, esposos y esposas, padres y madres te lo agradecerán profundamente.

Fuente: Pastor Sergio Gebel